Una familia de campesin@s extremeñ@s vive subordinada a la clase que posee la tierra, domina los recursos y manda sobre ellos. Su vida es renunciar y obedecer. Su destino está marcado y únicamente algo violento, fuera de lo cotidiano, romperá su condena.
Ambientaba en 1960, Los santos inocentes
es una historia sobre la pobreza, que depende y debe aguantar,
pasivamente, los mandatos del patrón; que soporta la enfermedad, por más
dura que ésta sea; que tiene esperanza en que el conocimiento los
sacará de su condición, aunque no sepan escribir sus nombres; que desde
pequeños deben trabajar, a pesar de que sus planes consistían en ir a la
escuela; que en contraste a una burguesía holgazana e inhumana,
demuestra que el mundo nada puede contra el hombre que canta en la miseria.
Azarías nos demuestra esto último: amante de los pájaros en su locura,
sonríe y es capaz de romper una ridícula pasividad ante una simple, pero
importante, injusticia.
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