jueves, 7 de febrero de 2013

CINEFORUM: SACCO Y VANZETTI ( Pelicula de G. Montaldo))

Argumento:

El 23 de agosto de 1927, los inmigrantes italianos Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti fueron ejecutados en la silla eléctrica en Massachusetts, Estados Unidos. Habían sido condenados por un robo a  armada que nadie creyó que hubiesen cometido, pero el verdadero motivo fue su ideología anarquista.

El filme de Montaldo es sobre todo una adaptación simplificada del argumento minuciosamente documentado de Herbert Ehrmann, según el cual el robo y asesinato de un pagador en South Braintree, Massachussets, de los que se culpó a los anarquistas italianos, fueron en realidad obra de una organización criminal conocida como la banda de Morelli. La trama nos lleva a escenas de la lucha de clases en Boston, con un conflicto delucha social “dura” contra el cual Frederick Katzmann, un fiscal al servicio de los poderes establecidos, educado en Harvard, capaz de firmar la condena a dos inmigrantes italianos “subversivos” que ya son personajes de la historia universal.


La historia de Sacco y Vanzetti tal como es presentada en la película, no fue solamente un caso de mero error judicial, sino todo un ejemplo de la instrumentalización del sistema de justicia en defensa de los intereses políticos de la mayoría conservadora que entendió la condena como un escarmiento. Los dos anarquistas fueron ejecutados por ser tales y, por tanto, representantes de un “peligro social”; por ser inmigrantes y pobres; y por ser italianos, extranjeros, como advertencia para otros. La película está concentrada en el juicio, queda patente la falta de pruebas y la  injusta, sugiriéndose incluso un acuerdo entre el juez y el fiscal, algoque estuvo en  de los que se opusieron. 


ÚLTIMO DISCURSO EN LA CORTE DE  BARTOLOMEO VANZETTI

He estado hablando mucho de mí mismo
y ni siquiera había mencionado a Sacco.
Sacco también es un trabajador,
un competente trabajador desde su niñez, amante del trabajo,
con un buen empleo y un sueldo,
una cuenta en el banco, y una esposa encantadora y buena,
dos niñitos precioso y una casita bien arreglada
en el lindero del bosque, junto a un arroyo.

Sacco es todo corazón, todo fe, todo carácter, todo un hombre;
un hombre amante de la Naturaleza y de la Humanidad;
un hombre que lo dio todo, sacrificó todo
por la causa de la libertad, y su amor a los hombres;
dinero, tranquilidad, ambición mundana,
su esposa, sus hijos, su persona
y su vida.

Sacco jamás ha pensado en robar, jamás en matar a nadie.
Él y yo jamás nos hemos llevado bocado
de pan a la boca, desde que somos niños hasta ahora,
que no lo hayamos ganado con el sudor de la frente.
Jamás...
Ah, sí, yo puedo ser más listo, como alguien ha dicho;
yo tengo más labia que él, pero muchas, muchas veces,
oyendo su voz sincera en la que resuena una fe sublime,
considerando su sacrificio perpetuo, recordando su heroísmo.
Yo me he sentido pequeño en presencia de su grandeza
Y me he visto obligado a repeler
Las lágrimas de mis ojos,
Y apretarme el corazón
Que se me atorozonaba, para no llorar delante de él:
Este hombre al que han llamado ladrón y asesino y condenado a muerte.

Pero el nombre de Sacco vivirá en los corazones del pueblo
y en su gratitud cuando los huesos de Katzmann
y los de todos vosotros hayan sido dispersados por el tiempo;
cuando vuestro nombre, el suyo, vuestras leyes, instituciones
y vuestros falso dios no sean sino un borroso recuerdo
de un pasado maldito en el que el hombre era lobo para el hombre...

Si no hubiera sido por esto
yo hubiera podido vivir mi vida
charlando en las esquinas y burlándome de la gente.
Hubiera muerto olvidado, desconocido, fracasado.
Esta ha sido nuestra carrera y nuestro triunfo. Jamás
en toda nuestra vida hubiéramos podido hacer tanto
por la tolerancia, por la justicia, porque el hombre entienda
al hombre como ahora lo estamos haciendo por accidente.
Nuestras palabras, nuestras vidas nuestros dolores-
--¡nada! 
La perdida de nuestras vidas –la vida de un zapatero y un pobre vendedor de pescado-
¡todo! Este momento final es de nosotros,
esta agonía es nuestro triunfo.

(de antología de poesía norteamericana de José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal)

AQUI OS DEJAMOS ESTA GRAN PELICULA (CON LETRAS MAYUSCULAS) SI NO LO PUDISTEIS VER

Antes de morir, Nicola Sacco se volvió hacia los testigos y gritó: ¡Viva la anarquía!. En 1977, Estados Unidos reconoció oficialmente el error, Sacco y Vanzetti fueron exonerados de manera simbólica el 23 de agosto de 1977 por el entonces gobernador de Massachusetts, Michael Dukakis. 


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