Argumento:
El filme de Montaldo es sobre todo una adaptación simplificada del argumento minuciosamente documentado de Herbert Ehrmann, según el cual el robo y asesinato de un pagador en South Braintree, Massachussets, de los que se culpó a los anarquistas italianos, fueron en realidad obra de una organización criminal conocida como la banda de Morelli. La trama nos lleva a escenas de la lucha de clases en Boston, con un conflicto delucha social “dura” contra el cual Frederick Katzmann, un fiscal al servicio de los poderes establecidos, educado en Harvard, capaz de firmar la condena a dos inmigrantes italianos “subversivos” que ya son personajes de la historia universal.
La historia de Sacco y Vanzetti tal como es presentada en la película, no fue solamente un caso de mero error judicial, sino todo un ejemplo de la instrumentalización del sistema de justicia en defensa de los intereses políticos de la mayoría conservadora que entendió la condena como un escarmiento. Los dos anarquistas fueron ejecutados por ser tales y, por tanto, representantes de un “peligro social”; por ser inmigrantes y pobres; y por ser italianos, extranjeros, como advertencia para otros. La película está concentrada en el juicio, queda patente la falta de pruebas y la injusta, sugiriéndose incluso un acuerdo entre el juez y el fiscal, algoque estuvo en de los que se opusieron.
ÚLTIMO DISCURSO EN LA CORTE DE BARTOLOMEO VANZETTI
He estado
hablando mucho de mí mismo
y ni siquiera
había mencionado a Sacco.
Sacco
también es un trabajador,
un
competente trabajador desde su niñez, amante del trabajo,
con un buen
empleo y un sueldo,
una cuenta
en el banco, y una esposa encantadora y buena,
dos niñitos
precioso y una casita bien arreglada
en el
lindero del bosque, junto a un arroyo.
Sacco es
todo corazón, todo fe, todo carácter, todo un hombre;
un hombre
amante de la Naturaleza y de la Humanidad;
un hombre
que lo dio todo, sacrificó todo
por la causa
de la libertad, y su amor a los hombres;
dinero,
tranquilidad, ambición mundana,
su esposa,
sus hijos, su persona
y su vida.
Sacco jamás
ha pensado en robar, jamás en matar a nadie.
Él y yo
jamás nos hemos llevado bocado
de pan a la
boca, desde que somos niños hasta ahora,
que no lo
hayamos ganado con el sudor de la frente.
Jamás...
Ah, sí, yo
puedo ser más listo, como alguien ha dicho;
yo tengo más
labia que él, pero muchas, muchas veces,
oyendo su
voz sincera en la que resuena una fe sublime,
considerando
su sacrificio perpetuo, recordando su heroísmo.
Yo me he
sentido pequeño en presencia de su grandeza
Y me he
visto obligado a repeler
Las lágrimas
de mis ojos,
Y apretarme
el corazón
Que se me
atorozonaba, para no llorar delante de él:
Este hombre
al que han llamado ladrón y asesino y condenado a muerte.
Pero el
nombre de Sacco vivirá en los corazones del pueblo
y en su
gratitud cuando los huesos de Katzmann
y los de
todos vosotros hayan sido dispersados por el tiempo;
cuando
vuestro nombre, el suyo, vuestras leyes, instituciones
y vuestros
falso dios no sean sino un borroso recuerdo
de un pasado
maldito en el que el hombre era lobo para el hombre...
Si no
hubiera sido por esto
yo hubiera
podido vivir mi vida
charlando en
las esquinas y burlándome de la gente.
Hubiera
muerto olvidado, desconocido, fracasado.
Esta ha sido
nuestra carrera y nuestro triunfo. Jamás
en toda
nuestra vida hubiéramos podido hacer tanto
por la
tolerancia, por la justicia, porque el hombre entienda
al hombre
como ahora lo estamos haciendo por accidente.
Nuestras
palabras, nuestras vidas nuestros dolores-
--¡nada!
La perdida
de nuestras vidas –la vida de un zapatero y un pobre vendedor de pescado-
¡todo! Este
momento final es de nosotros,
esta agonía
es nuestro triunfo.
(de antología de poesía norteamericana de José Coronel Urtecho y Ernesto
Cardenal)
AQUI OS DEJAMOS ESTA GRAN PELICULA (CON LETRAS MAYUSCULAS) SI NO LO PUDISTEIS VER
AQUI OS DEJAMOS ESTA GRAN PELICULA (CON LETRAS MAYUSCULAS) SI NO LO PUDISTEIS VER
Antes de
morir, Nicola Sacco se volvió hacia los testigos y gritó: ¡Viva la anarquía!. En
1977, Estados Unidos reconoció oficialmente el error, Sacco y Vanzetti fueron
exonerados de manera simbólica el 23 de agosto de 1977 por el entonces
gobernador de Massachusetts, Michael Dukakis.
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